¿NOS PODEMOS FIAR DE NUESTRA MEMORIA?

Desde mi punto de vista, no todo lo que recordamos es real, hay fallos de memoria que provocan que modifiquemos nuestros recuerdos. Los falsos recuerdos y los fallos de memoria son más habituales de lo que pensamos.
La mayoría de la gente piensa que nuestra memoria es una cámara de vídeo, que graba la realidad, pero ésta es más parecida a una información que retemos y puede tener cambios propios o ajenos.
Pero lo que nosotros no sabemos, es que la memoria coge las ideas principales de una experiencia y elimina los detalles, es decir, lo que no interesa lo desecha, quedando así una experiencia incompleta, llena de huecos sin rellenar. Ahora bien, si en algún momento de nuestras vidas queremos hacer memoria de ese recuerdo, el procedimiento es el siguiente: nuestra memoria coge las ideas principales del recuerdo y mediante deducciones y conocimientos previos rellena los huecos, dando lugar así a un recuerdo completo pero no del todo verdadero, ya que a la hora de rellenar esos huecos se puede filtrar información falsa, que distorsione nuestro recuerdo y una vez que la memoria lo acepta como verdadero, es muy difícil identificar que ese recuerdo es falso.



En conclusión, el cerebro nos engaña, pero mucha gente se pregunta si esto es bueno o nos da algún tipo de ventaja. En realidad es que no es una ventaja pero si es algo necesario para poder sobrevivir en este mundo, puesto que el engaño viene ligado con los mecanismos que el cerebro ha puesto en funcionamiento para acelerar la velocidad y la capacidad de procesamiento. Luego todo esto da lugar al engaño y, por ello que no nos podamos fiar de nuestra memoria.

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